Era mi segunda visita a Iruya y el plan era visitar San Isidro. El grupo estaba compuesto por: mi esposo, mi hija y su amigo Néstor y yo. Me informe del recorrido que habría de hacer por internet, pero como fue evidente a posteriori, la lectura que hice del tema no fue clara en cuanto a la descripción de las dificultades.

La primera dificultad fue que esta época del año no hay caballos ni burros suficientes para alquilar, ya que estos se sueltan a fin de que vayan a pastar por la alta montaña. Por lo cual mi esposo desistió de la caminata… y así quedamos tres indiecitos para la expedición.

Bordeando el río Iruya llegamos al cruce con el San Isidro y como si fuera un gran cruce de avenidas nos encontramos con dos policías, quienes en una breve charla nos animaron a continuar la caminata a pesar que de fondo dimos con la vista de unos picos blancos por la granizada de la noche anterior,
– no hay problema van a llegar sin dificultad, San Isidro se encuentra al pie del segundo cerro a la vista
– …pero, hay un pequeño detalle… con el entusiasmo de emprender la marcha olvidamos comprar agua
– tampoco es problema… beban tranquilos de las vertientes
– ok, gracias, nos vemos a la vuelta



Habiendo hecho un corto trecho se presenta la primer dificultad para mí, que a esta instancia del relato y a modo de descargo conviene decirles de mis cinco décadas bien cumplidas, amortiguadas con algunas clases de pilates… jaja


Bueno, el intríngulis era si cruzar un cerro trepando como gato pero sin garras…o mojarme en el río; ya estaba pegando la vuelta cuando una familia completa: hombre, mujer y sus dos guaguas desfilaron ante-mi en sentido contrario como paseando por Florida, y mi hija instándome de la cima. El jean duro no me permitía elongar mucho la pierna en busca de apoyo pero el orgullo siempre suma y hace la diferencia.
El calor comenzaba a sentirse y la vertiente sin aparecer, así que aunque el agua no era muy clara arriesgamos un trago ya que la vergüenza de pedir a otro excursionista era mayor.
Siempre bordeando el río hasta que este se interpone y sin opción cambiamos zapatillas por ojotas sujetas al tobillo y sumergimos los pies siguiendo a un grupo que parecía tenerla clara. Bien !! primer cruce sin problema.
A pasado una hora y algo…y el cerro a cuyo pie esta San Isidro? Levantamos la vista y allí esta… igual… ni mas lejos… ni mas cerca… tendrá ruedas?


Llegamos al segundo cruce inevitable del río y mientras cambiamos nuevamente zapas por ojotas a estas casi las lleva el agua… que pasa? El río cambio el curso? Noooo, el río esta creciendo!! Y si… lógico… hielo en las cumbres de fondo + calor de ½ día… es como decir 2 + 2 no? Pero los polis del cruce de avenidas?… claro!!! fue eso… ellos también eran de “la capi”.
Juntamos coraje nos tomamos de la mano y cruzamos… bueno debería decir cruzaron, mi yerno y mi hija… porque yo me demore un toque lavando la ropa… puesta… Alguien me advirtió “pasito cangrejo”… y mientras tomaba la mano salvadora me preguntaba, que carajo quiere decir!!! Que me vaya por donde vine? Acaso los cangrejos no van para atrás?
Buenas noticias!! Ya no mas río, ahora comenzamos el ascenso, que no será mucho ya que San Isidro queda al pie no? Y si nosotros escuchamos bien, es lo que dijo el poli… Y allí voy subiendo la cuesta como dijo Serrat, pero con un importante contrabando de agua en los lompas.
Y subimos… subimos y al fin una vertiente de agua clara, algo + confiable para reponer fuerzas. Se te secaron los pantalones? Me encuentro con el muchacho que me dio la mano que me saco del río, que vergüenza!!
En algún momento el camino se estrecho sin aviso y se transformo de cornisa. Cornisa!!! Unos metros por delante mi yerno me recuerda… yo también sufro de vértigo… no mires al precipicio… solo para adelante y yo agrego para abajo… porque no es mucho el espacio para el pie y hay tramos emparchados con piedras sueltas. Por momentos me encuentro abrazando la montaña como extrañando a mi esposo, que a estas horas almuerza tranqui en la terraza de un comedor de Iruya.

Comenzamos a divisar el pueblo, pero este juega a las escondidas con cada vuelta al cerro. Cruzamos la tranquera. Ahí esta… ya no esta… falta poco nos consuelan un grupo que va de regreso. Y una… y dos… y tres vueltas y… siiii llegamos!!! Cuatro horas de paso firme y casi sin descanso. Primer parada… primer casa y un cartel … venta de agua, gaseosa, etc. Agua por favor… pagamos y con las monedas el changuito corre a comprarse helado.
Al la vista… San Isidro !!, dividida como no podía ser de otra forma por el río. Colgando al frente, por sobre nuestras cabezas, mostrando las heridas dejadas un tiempo atrás por un alud, y con su pequeña y blanca capilla, a donde direccioné mis oraciones en agradecimiento. Abrumada y conmovida por sentir el abrazo fuerte de la natura.
Unos metros mas y llegamos a una vivienda convertida en comedor-hospedaje, almorzamos o debo decir…devoramos la mas exquisita pre-pizza que puedan imaginar!!! Comienza a lloviznar, cosa que preocupa; nos dicen de la posibilidad de alquilar caballos para el regreso en la otra parte del pueblo.
Cruzando el río haciendo equilibrio por unos troncos y ascendiendo otro tramo. Con esfuerzo y como varón responsable del grupo, allá va Néstor, pero sin suerte regresa solo mas cansado.

Emprendemos el regreso con la preocupación de que el río no haya continuado su crecida. Estamos solos, ya no hay otros grupos. Quienes subieron a la par nuestra se quedan a pasar noche en San Isidro.
Camino angosto… precipicio… una vuelta… dos y tres… la ventaja es que mayormente vamos en bajada Y (ESTA VEZ) CON AGUA!!!. Llegamos al río!!! Por donde cruzamos? Mas angosto… mas torrentoso… mas ancho… igual de torrentoso pero mas plano? Allá vamos, los tres de la mano.. .esta vez yo al medio… avanzamos… avanzamos… falta poco… un tirón para llegar ya a la orilla!! Y channnn… el sexo débil al agua. Esta vez el agua arrastra… y las piedras golpean fuerte… Néstor no suelta mi mano… suelto la mano de mi hija… debo pararme para tirar de ella. Que susto!!! Mojadas completas y aun nos falta otro cruce y un largo trecho.
Llegando al inevitable segundo cruce. Esta vez la pensamos mejor!! Néstor cruza primero y regresa por mi… bien!! Regresa por mi hija…bieeeennnn!!! Cruzamos sin mojarnos mas que los pies!!! Y como era? Lección aprendida… cruzar por lo + ancho = menos profundo y + parejo. Mirando de frente a la corriente y… PASITO CANGREJO!!! De costado… un pie a la par del otro… nunca cruzar los pies, o se pierde estabilidad y… channn

Una caminata mas… una trepada INSIGNIFICANTE al temido montículo del comienzo de la excursión y…. UNA FOTO POR FAVOR!!! Con las caras de la mayor satisfacción que se pueda sentir.
Y todavía me preguntas que nos pareció? INOLVIDABLE, INCREIBLE, BUENISIMO,…pero sabes que?
Para la próxima, que seguramente abra, será con un guía súper-baqueano y si le ponen caballos o mulas, mucho mejor!!
Yo descubrí la belleza del paisaje que nos rodeaba todo el tiempo, recién al ver las pocas fotos que nos permitimos hacer.
Ida 4 hs. + Regreso 3.30 hs. TOTAL = 7.30 hs.
Texto y Fotografía: Patricia L Tilio